Como planificar las cenas y no agobiarse en Navidad: consejos para que todo sea perfecto

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Como planificar las cenas y no agobiarse en Navidad: consejos para que todo sea perfecto

En los pueblos y ciudades se respira Navidad mucho antes de que lleguen las fechas. Estamos en la era del consumismo, así que los comercios de todo tipo nos presentan reclamos navideños con mucha antelación. También los supermercados, los mercados y todo tipo de tiendas de relacionadas con la alimentación, van a mostrarnos sus mejores productos, las mayores delicatessen, los mejores regalos. A menudo cosas que ni sabíamos que existían, productos extraordinarios, vinos increíbles, todas las novedades del sector, las delicias más premium. Todo resulta muy tentador, pero hay que organizarse, comprar con cabeza y con corazón, a partes iguales.

Compra con cabeza y corazón: para ser feliz y hacer feliz

Con la que está cayendo, la dureza de estos últimos meses a todos los niveles, nuestras posibilidades pueden haberse reducido y tendremos tristezas, quizás no estarán todos, pero probablemente tenemos más ganas que nunca de estar con los nuestros, de reunirnos, de reírnos, de disfrutar. Son días para el encuentro y la paz. Lo único bueno que ha traído la maldita pandemia es esa reflexión generalizada de lo que de verdad importa. Tiremos la casa por la ventana si es lo que nos pide el cuerpo, por qué no. Pero si no podemos, compremos con cabeza y corazón, disfrutando de ello. Prepara la magia.

Planificar los menús
Es el gran quebradero de cabeza del anfitrión, sea tú, tus padres, tus cuñados, tus suegros o quien sea. Llega el momento de decidir qué ponemos sobre la mesa. ¿Nos decidimos por la tradición y nos tiramos a los langostinos de siempre, a los asados y a las recetas típicamente navideñas? ¿O pensamos en algo diferente, para sorprender? Es la pregunta del millón.

En cualquier caso, hay que decidirlo con tiempo, en función del número de comensales, sus gustos (y los nuestros), lo que les hace felices (y a nosotros), lo que podemos pagar o lo que nos apetece pagar.

• Busca inspiración de recetas en esos libros que están cogiendo polvo en la librería del salón o en internet. En nuestra sección de manos a la brasa seguro que hay sugerencias que te harán la elección más fácil. Y luego imaginación al poder.

• Haz una lista de todos los ingredientes que necesitas.

• Sea tu elección clásica o más novedosa, piensa en los detalles. Por ejemplo, el mejor pan que puedas encontrar.

• Compara calidades y precios en tus comercios de confianza. Ten en cuenta que los productos más tradicionales como el cordero, algunas aves de corral, el marisco y algunos pescados, pueden llegar a precios astronómicos los últimos días. Piensa en comprar antes y congelar si el producto lo admite.

• Encarga determinadas cosas con anticipación, para no tener sorpresas de última hora.

• Calcula las cantidades. Tendemos a pensar que nunca es suficiente, pero luego estamos comiendo sobras tres días. Comer sobras también es estupendo, por supuesto, y nos olvidamos por unos días de cocinar. Pero seamos juiciosos y no desperdiciemos.

• Pensemos en comprar en el comercio de barrio, de proximidad. En apoyar a los pequeños productores o el producto nacional.

• Evita estar con el mandil puesto hasta el último momento. Planifica la elaboración de los platos para que todo esté terminado con tiempo y solo sea necesario darle un golpe de calor al final. Salvo que el momento de cocinar forme parte de la fiesta y participéis todos, como es el caso de una barbacoa in door donde todos pueden incorporarse.

En ese caso, la organización es mucho más simple, porque puedes tener algunos platos hechos de antes (como los entrantes) y luego solo es cuestión de una buena mise en place con los platos principales elegidos: chuletones, solomillo, mariscos…

Elegir los vinos
El segundo gran dilema: ¿Qué vinos pongo? ¿Tienen que maridar con los platos? ¿Me voy a los clásicos para no complicarme o pienso en descubrir nuevas D.O. o vinos desconocidos que seguramente serán joyas? ¿Los más caros son mejores? Pues la elección es tuya, pero a veces elegir un vino distinto y desconocido puede ser ese detalle que marque la diferencia en tu cena. En nuestra sección de manos a la brasa siempre terminamos las recetas con unas sugerencias de maridaje. Y de nuevo, en las vinotecas, esas tiendas especializadas de vinos te aconsejarán de manera personalizada según tus necesidades. Y te sorprenderás con las maravillas que puedes encontrar por menos de 10, 15 o 20 euros.

• En función del número de comensales, compra más de una botella de cada referencia.

• Piensa que además de blancos y tintos, hay rosados, hay cavas, hay vermut, hay vinos de Jerez, hay buenas cervezas (las cervezas ahumadas te sorprenderán), hay vinos dulces. El abanico es muy amplio.

• Define el orden de servicio de los vinos: por ejemplo, un vermut en el aperitivo o una manzanilla de Jerez y luego blancos (y/o rosados) y tintos. El cava no tiene por qué tomarse ni al final ni a los postres. Empezar con cava y seguir la cena con cava puede ser también un detalle diferenciador.

• Ten en cuenta la temperatura de servicio: generalmente viene indicado en la botella. Pero enfría con tiempo. Un blanco que no esté frío o un tinto demasiado frío o tibio es cargarse la degustación y pierden todos los matices.

Pensar en la decoración y el montaje de la mesa
Aunque sean invitados de confianza, lo bien hecho bien parece. ¿Has puesto todas tus energías en el menú más especial y luego te olvidas de poner una mesa con gusto? El concepto gusto es relativo y cada uno tiene el suyo, por supuesto. Pero enfócate en los detalles y en marcar un estilo para la mesa: moderno, clásico, rústico, elegante, refinado, alegre o vintage, pero que haya una cierta línea conductora. Y ¡olvídate esos días de materiales desechables salvo que vayas a pasar las fiestas en una tienda de campaña!

• Sí, es el momento de sacar la mantelería más bonita que tengas. Pero que no haga daño a los ojos o estéticamente no habrá forma de poner nada más encima.

• Sí, es el momento de actualizar esos adornos navideños que se quedan en el armario de de un año para otro y eran feos desde el minuto uno.

• Sí, es el momento de pensar en una tonalidad predominante. O, al contrario, en un contraste de colores, pero que sea armónico. Los tonos rojos y verdes no fallan, pero la gama de blancos mezclada con dorados o plateados también resulta.

• Sí, es el momento de velas exquisitas, pero sin olor. Para no entorpecer los aromas de la comida.

• Sí, elige toques de naturaleza como la hiedra, el musgo o el laurel. Atención a las flores naturales si son muy perfumadas, por la misma razón que las velas.

• SÍ, si tu cena va a ser formal, piensa en detalles que personalicen el lugar de cada invitado. • Sí, todos los platos deben ser iguales y pertenecer a la misma vajilla. Nada de ir completando sin sentido. Si sois 12 y solo tienes 10 platos iguales, es mejor buscar otra solución. Por supuesto, puedes combinar distintas vajillas, pero que haya armonía de estilos y tonalidades.

• Sí, no atiborres la mesa de cosas o los invitados no podrán moverse. Si la cena es larga, mejor ir cambiando de platos que ponerlos todos unos encima de otros. Cambia los platos cuando pases del pescado a la carne, por ejemplo, o si los platos están sucios. Para eso puede ser buena idea tener el resto de vajilla, cristalería y cubertería en algún mueble cercano.

• Sí, define antes toda la cubertería, vajilla y cristalería necesarias. Así no tendrás sorpresas de última hora porque falta un cubierto o una copa.